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miércoles, 13 de marzo de 2013

GRAN RAZA DE YITH

Hacía unas semanas que nuestro colaborador en la Universidad de Miskatonic, el profesor Mad Bonet, tenía un comportamiento de lo más extraño. Habíamos intentado contactar con él, pero su secretaria nos comentó que llevaba días sin asistir a sus clases de arqueología y que tampoco respondía al teléfono en su apartamento.

La última vez que lo vieron por el campus, su andar era torpe y descoordinado, como de alguien que estuviera aprendiendo a caminar, y parecía algo desorientado. Eso no cuadraba con el bueno del profesor Bonet, quien, a pesar de su edad, se mantenía en buena forma, tanto física como mental. Además, era un tipo muy sociable y, sin embargo, durante estos últimos días en la universidad se había relacionado poco con sus colegas, mostrándose frío y distante.

Algo preocupados, Judas Penruthlan y yo decidimos hacer una visita informal a su domicilio, seguramente estaría tan enfrascado en sus estudios sobre Historia Antigua y civilizaciones perdidas que era incapaz de moverse de su viejo escritorio, pero cuando llegamos allí, algo nos puso alerta: la puerta del apartamento estaba semiabierta…

Judas y yo desenfundamos las Savage y entramos sigilosamente. Escuchamos ruido en el piso superior, allí donde el profesor tenía su estudio. Procuramos subir las escaleras rezando para que la madera no crujiera bajo nuestro peso y vimos luz procedente de la puerta del despacho. Lo que presenciamos después en aquella habitación llena de libros abiertos y esparcidos, velas consumidas y anotaciones en papeles sueltos, tardaríamos un tiempo el olvidarlo: el cuerpo del profesor estaba en trance, murmurando un extraño e inteligible idioma, mientras algo intentaba salir de él…

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