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viernes, 2 de junio de 2017

LUX PERPETUA - ANDRZEJ SAPKOWSKI

TÍTULO: Lux Perpetua
AUTOR: Andrzej Sapkowski
EDITORIAL: Alamut
AÑO: 2016
GÉNERO: Narrativa Histórica - Fantasía Épica

"El Anticristo, muy señores míos, querido público, será de la estirpe de Dan. Reinmar de Bielau, llamado Reynevan, se encuentra en una encrucijada. Por un lado, el médico y alquimista educado en Praga se ha convertido en un participante de importancia en la revolución husita contra el clero y la nobleza, un movimiento que ha impuesto su ley en Bohemia y Moravia y que amenaza con extenderse por toda Silesia, Sajonia y Polonia, hasta el mar Báltico. Por otro, la Inquisición ha capturado a su amada, Jutta de Apolda, y la utiliza como baza para chantajearle y obligarle a espiar para los enemigos husitas. Excomulgado, manipulado por unos y otros, y rodeado de una creciente desconfianza entre los suyos, sólo contará con la ayuda de sus fieles amigos Scharley y Sansón Mieles para sortear las intrigas y peligros, inmerso en un espeluznante juego de poder que enfrenta a nobles y campesinos, eslavos y alemanes, paganos y cristianos, partidarios del progreso y defensores de la tradición. En los campos teñidos de sangre del corazón de Europa, Reynevan perderá los últimos restos de su inocencia y aprenderá que ni las intenciones más puras ni la voluntad más firme pueden nada contra las inexorables realidades de la marcha de la historia... ¿o quizá sí?"

La espera ha sido larga, cuatro años para ser exactos, pero ha valido la pena. El gran Andrzej Sapkowski ha puesto punto y final a su trilogía ambientada en el siglo XV, más concretamente en las entrañas de las Guerras Husitas, lo que el escrito polaco bautizó como "Una cruzada en el corazón de Europa".

A estas alturas el nombre de Sapkowski ya resulta familiar, de hecho es un escritor reputado y muy considerado en el mundo de la fantasía gracias a la extraordinaria saga de libros de Geralt de Rivia. El brujo cazador de monstruos, un auténtico icono (incluso Netflix planea dedicarle una serie), sirvió de excelente carta de presentación para el polaco, logrando elevarlo a la altura de otros grandes tótems de la fantasía épica como George RR Martin, Joe Abercrombie o Brandon Sanderson. Curiosamente la fama le llegó tarde a nivel internacional, porque en Polonia sus obras ya gozaban de gran éxito en los años 90, pero... nunca es tarde si la dicha es buena, ¿no?

Bueno, pues yo conocí a Sapkowski gracias a Geralt y al ver que Alamut también publicaba una obra suya que mezclaba la narrativa histórica con la fantasía, acepté el reto. El estilo del polaco me había atrapado por completo, soy un auténtico admirador de su ritmo, de su ingenio y de las pinceladas de humor que salpican sus páginas... a mí me parece un estilo impecable (mención especial para el trabajo de traducción de Fernando Otero Macías), rico en la variedad de su vocabulario, en la elección del tempo y siempre capaz de transportarte a la época o mundo en cuestión. Leer a Sapkowski es toda una experiencia, por eso, sin tener mucha idea de las Guerras Husitas ni de la realidad centroeuropea de la primera mitad del siglo XV, no dudé en comprar "Narrenturm" (2009), posteriormente "Los Guerreros de Dios" (2012) y, finalmente, "Lux Perpetua" (2016), los tres capítulos de esta trilogía.


Después de leer la trilogía tampoco es que me haya convertido en un experto en las Guerras Husitas, pero sí me ha servido para saber qué sucedió, quiénes eran, qué pretendían y porqué luchaban. Si quisiera una información más exhaustiva leería un libro de historia propiamente dicho, porque no debemos olvidar que Sapkowski es, por encima de todo, un escritor de fantasía que aquí aprovecha el escenario que le brindan unas guerras religiosas para meter en él a Reinmar de Bielau, Reynevan para los amigos, y hacerlo pasar por una serie de aventuras y desventuras que permitirán al lector una aproximación a la realidad política, económica, social, religiosa y militar de la Europa Central del siglo XV. Por eso, quien busque un tratado sobre Jan Hus, una explicación del Tabor, de los Huérfanos o de la sub utraque specie, una cronología de las Guerras Husitas, un apéndice con sus principales protagonistas y un índice de sus batallas más importantes, no encontrará nada de eso.

Tampoco quiero insinuar que Andrzej Sapkowski no se haya documentado al escribir su trilogía y en "Lux Perpetua" sigue demostrando en extenso conocimiento de lo acontecido, pero utiliza más ese conocimiento para presentarnos los nombres de los cabecillas o nobles de ambos bandos, para que recorramos junto con los protagonistas del libro diferentes localidades, para que podamos estar en algunas batallas y para fechar los hechos, situándonos así en el espacio y en el tiempo. Cierto, tal vez hubiese sido una gran idea añadir un mapa en cada uno de los libros que componen la trilogía porque viajar, desde luego, viajan y, salvo que uno sea experto en geografía del corazón de Europa, cuesta un poco ubicarse. Silesia, Moravia, Bohemia, Polonia, Sajonia, Lituania... muchas cosas suceden en unos años convulsos y, en ocasiones, cuesta moverse geográficamente si no se está familiarizado con esas tierras.

Otro de los posibles peros de "Lux Perpetua", como ya cité en las reseñas de los dos libros anteriores, es la abundancia de citas en latín y del uso esporádico de palabras, normalmente relacionadas con el ámbito militar, en otros idiomas. Si uno es muy obseso con estas cosas y necesita andar buscando la traducción y el significado, puede acabar perdiendo los nervios, pero tampoco Sapkowski utiliza el latín, el polaco, el checo o el alemán para momentos clave o hechos esenciales, así que no desvirtúan la trama ni suponen mayor problema para el devenir de la historia de Reynevan.


"Lux Perpetua" es el cierre perfecto a la historia de Reynevan, un médico con conocimientos mágicos que, por asuntos de faldas, terminó metido en pleno meollo de la revolución husita. Un Reynevan que se ha ido transformando a medida que avanza la trilogía, que se ha embrutecido, que ha visto quebrados parte de sus ideales, que duda del propósito de lo que está haciendo y que sigue locamente enamorado y decidido a recuperar a su amada, Jutta de Apolda, más convertida casi en un ideal utópico que en una persona de carne y hueso. ¿Por qué digo eso? porque nadie sabe nada de ella, ni un bando ni el otro, ni los mejores espías o los soplones más vendidos, nadie sabe dónde está Jutta. Y eso desespera a nuestro mago, que recorrerá kilómetros y se jugará el pellejo en más de una ocasión, a veces acompañado del lenguaraz Scharley y del colosal Sansón Mieles, a veces perseguido por el oscuro Birkart Grellenort, a las órdenes del obispo Conrado, y a veces capturado por los católicos afines a Roma. Sea como sea, a Reynevan hay que reconocerle una constancia a prueba de bombas y un amor inquebrantable digno de ser cantado por afamados trovadores.

Andrzej Sapkowski domina la creación de personajes porque les otorga profundidad, carácter, discernimiento, visión panorámica y ética. Luego podremos estar de acuerdo o no en lo que hacen o en cómo lo hacen, pero siempre podremos comprender qué les impulsa a tomar decisiones o cometer sus actos. Eso es algo que me gusta del escritor polaco, que no emite juicio alguno, que no se posiciona, deja eso en manos del lector. Es decir, no hay un halago a la causa husita y un ataque contra la causa católica, ni al revés, Sapkowski sólo expone los sucesos, los narra a través de los ojos de los protagonistas y los plasma en los diálogos, pero sin tomar partido. Y, al dividir la historia en tres libros, el autor logra que el Reynevan que conocimos en "Narrenturm" difiera del que encontraremos en "Lux Perpetua" y lo mismo sucederá con otros personajes, quizá tomando mayor relevancia la  figura del inquietante Grellenort, alias Treparriscos, al que vamos a ver más de cerca. Y es lógico que así sea porque la trilogía abarca un período de gran agitación, unos años intensos en los que los protagonistas viven y sobreviven a muchas situaciones límite en las que son puestos a prueba física y mentalmente y todo eso hace que algunos se replanteen qué están haciendo, su visión del entorno y que la línea que separa la causa de la vida sea cada vez más borrosa.


También es un cierre que coincide, además, con el fin de las guerras husitas, en un territorio devastado, ennegrecido por los incendios, yermo de cosechas y con una población hastiada. Y ahí Sapkowski vuelve a brillar, sacando a relucir su humor negro, su crítica social, su sarcasmo, su antibelicismo y el ataque frontal a unos fanatismos religiosos que, evidentemente, no llevan a ningún lugar y que en "Lux Perpetua" se traducen en ríos de sangre, violencia desatada, víctimas inocentes y ciudades y pueblos arrasados por completo. Se pone de manifiesto que el supuesto interés colectivo, muchas veces esconde un interés individual, que bajo el estandarte de la igualdad, seguirán existiendo las diferencias, que el ser humano es fácilmente corrompible, que el dinero y el poder terminan por doblegar voluntades y que las religiones son capaces de flirtear incluso con la magia negra para alcanzar sus objetivos. Sí, el conflicto con los husitas empezó siendo una confrontación religiosa, pero la deriva hacia un enfrentamiento puramente político y geográfico se evidencia sin tapujos en "Lux Perpetua".

Es un gran libro, es una gran trilogía y es un gran escritor. "Lux Perpetua" es un memorable colofón a esa llamada cruzada en el corazón de Europa y es una nueva demostración del talento literario de Andrzej Sapkowski.

VALORACIÓN: 8/10

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