Un amigo me recomendó hace unos días que le echara un ojo a un documental que emitía Netflix llamado "Rompan Todo: La historia del rock en América Latina". Más allá de lo que cada uno opine respecto al documental, que no es perfecto y al que le faltan menciones y un mayor recorrido geográfico, la miniserie sí permite hacerse una idea de la gran movida sociopolítica ocurrida en América Latina: la represión policial, las dictaduras, la censura y los problemas que tuvieron que afrontar innumerables bandas y músicos para poder grabar y actuar. El papel de la música para despertar conciencias y la irrupción del rock como actitud desafiante es innegable en todas partes del mundo y por eso, a pesar de sus evidentes carencias, "Rompan Todo: La historia del rock en América Latina" resulta interesante por la cantidad de documentos gráficos que aporta arrojando algo de luz a unas décadas políticamente oscuras y represivas, pero que a nivel musical fue un período fértil y de gran riqueza.
El documental también me sirvió para conocer cantantes y grupos que no había escuchado jamás. Más allá de los célebres Spinetta, Cerati, Los Rodríguez-Calamaro, Café Tacvba, Aterciopelados, Julieta Venegas, Molotov, Charly García o Fito Páez, entre otros, aparecieron muchas bandas importantes y desconocidas para mí, pero de todas ellas la que más me llamó la atención fue Patricio Rey y sus Redondidos de Ricota y no solamente por lo curioso de su nombre, sino por su tremenda repercusión en Argentina y por sus letras y canciones. Me sorprendió que siendo una de las bandas más influyentes e importantes de su país, su impacto en España fuera menor. Y ya que la he descubierto y después de haber hablado con una amiga argentina sobre el documental y sobre el grupo -del que me ha recomendado algún tema-, he pensado que sería bueno presentar a Los Redondos. Así que esto va un poquito por vos, Antonella!
Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota nace en 1976 en la ciudad argentina de La Plata y, a pesar de mantenerse al margen de las grandes discográficas y de funcionar de manera algo independiente, su popularidad fue masiva. De hecho, esa actitud ajena al circuito comercial y ese punto de resistencia y autenticidad, han sido estandarte del grupo, también conocido como Los Redondos, una banda que empezó a dar sus primeros pasos gracias al boca a boca y que no recurrió a la promoción a través de los canales de televisión o los principales diarios argentinos para publicitar sus trabajos de estudio o sus directos. Teniendo en cuenta esos detalles, que llegaran a ser tan emblemáticos y fueran capaces de llenar el Monumental de River con 70.000 personas en los dos recitales celebrados en el año 2000, tiene mucho mérito y resulta casi una proeza increíble.
Aunque Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota tuvieron una larga vida (1976-2001), su discografía no es muy extensa, solamente 9 discos, si bien es cierto que su primer trabajo no se publicó hasta 1985 ("Gulp!"). Antes, con una formación bastante numerosa, pero aún inestable y de la que iba entrando y saliendo gente, habían tocado en teatros underground, bares y pubs, mezclando la música con una especie de divertimento teatral y show artístico de variedades. Podría decirse que su primer paso hacia una fama no buscada lo dan en 1982, fecha en la que graban su primera demo profesional. Ese va a ser el primer granito de arena en el ascenso de unos Redondos que, poco a poco, van dejando atrás su rock teatral para dar paso a una formación más estable y estándar de grupo de rock & roll que se consolida allá por 1987, con Carlos Indio Solari, Eduardo Skay Beilinson, La Negra Poli (mánager) y Ricardo Rocambole Cohen (director artístico y portadista) como miembros originarios de la banda.
El trabajo discográfico y la creatividad de la banda pasa entonces por su momento más prolífico, publicando álbumes en 1988 ("Un baión para el ojo idiota"), 1989 ("¡Bang, bang!... Estás liquidado"), 1991 ("La mosca y la sopa") y 1993 ("Lobo suelto, cordero atado", volúmenes 1 y 2). Para entonces Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota era ya casi una religión, con innumerables seguidores rindiéndoles culto y siguiéndolos allá por donde actuaran, rodeados de una especie de halo de misticismo musical que hicieron suyo muchos jóvenes de los estratos con menos recursos de una Argentina que en los 90 seguía inmersa en un convulso clima político, económico y social.
Los Redondos ya actuaban en grandes estadios, arrastrando mareas y aunque eso, en un inicio, chocara entre algún sector de sus seguidores porque era una especie de traición a su carácter independiente y contrario a la comercialización, supuso la consagración definitiva de una banda que ya venía pisando fuerte. Los 90 es la década de los conciertos masivos, pero también es la década de alberga algunos de los episodios más oscuros sucedidos durante la trayectoria de Los Redondos y que deriva en una violencia latente protagonizada por el público durante sus recitales: problemas con las estructuras de los escenarios, batallas campales, detenciones policiales, heridos e incluso muertos... y, en parte, esa violencia, que el grupo siempre había repudiado, fue una de las causas del final de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. De hecho en abril de 2000, después de graves altercados en un concierto en el Monumental, el propio Solari ya advirtió, dirigiéndose al público: "Han logrado -refiriéndose a la presión ejercida por la prensa- probablemente que esta sea la última noche que toquemos (...). Nosotros no tenemos ánimo en este momento, hay chicos lastimados (...). Por respeto a ustedes, a toda esta gente que vino hoy de distintos lados vamos a seguir con el show que teníamos para hoy, pero bueno, veámoslo como una de las últimas veces que tocamos". No andaba muy desencaminado el Indio Solari ya que a finales de 2000 publican su último disco, "Momo Sampler", y en noviembre de 2001 Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota oficializan su separación.
También tuvieron su "polémica" con Soda Stereo, otro de los grandes grupos musicales que ha dado Argentina y que estaba comandado por el gran Gustavo Cerati. A finales de los 80 y en la década de los 90, sobre todo entre el público que asistía a sus recitales, existía una rivalidad casi futbolística entre los partidarios de unos y otros (digan de un River-Boca!), como si cada uno fuera de un bando irreconciliable. Bien es cierto que ni el Indio ni Cerati echaron demasiada leña al fuego y aunque hubo alguna declaración cruzada, nunca fueron palabras que alimentaran esa pugna. Es más, cuando ambas bandas terminan disolviéndose, enterraron el hacha de guerra y los dos líderes tuvieron buenas palabras el uno con el otro. Personalmente, me gustan más Los Redondos, pero Soda Stereo tiene auténticos temazos y nadie puede discutir la carrera y el talento natural que corría por las venas del añorado Gustavo Cerati.
Los Redondos han ganado diversos premios musicales, han colocado varios de sus temas entre las mejores canciones del rock argentino y han obtenido menciones en revistas estadounidenses y en la edición argentina de Rolling Stone, destacando de entre todos los reconocimientos el Premio Konex de Platino 2005 a la mejor banda de rock argentino de la década.
Y es que, aunque no os suenen de nada, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota es un grupo icónico de la escena argentina, aparecidos lejos del circuito comercial, emblemas de la contracultura y con un éxito abrumador a la altura de las grandes bestias del rock internacional. Si tenéis ocasión, no dudéis en adentraros en su discografía y descubrirlos.