"La Gran Guerra, la Gran Gira y la no tan gran pandemia...
En 2019 lanzamos el álbum "The Great War", un gran álbum con muchas historias ligadas a él. A través del álbum y de nuestro recién estrenado "Sabaton History Channel" contamos historias de la Primera Guerra Mundial, historias que habíamos planeado llevar a nuestra mayor gira mundial. Sin embargo, el Covid-19 tenía otros planes y en marzo de 2020 nos vimos obligados a abandonar la gira y regresar a casa, con la esperanza de volver pronto a la carretera y acabar lo que habíamos empezado.
Disfrutamos mucho escribiendo "The Great War" y sentíamos que este pedazo de la historia tenía más hazañas que contar, así que decidimos escribir un álbum secuela a "The Great War". Reunimos algunas de las historias más impactantes y esculpimos un álbum del que estamos muy orgullosos. Mientras escuchas "The War to end all Wars", la saga de la Gran Guerra continua... porque la guerra nunca termina".
Sabaton es, sin lugar a dudas, una de las grandes bandas de power metal del mundo y su popularidad sigue subiendo como la espuma; disco tras disco, gira tras gira y concierto tras concierto, se han consagrado, convirtiéndose en un grupo perfectamente reconocible por su estilo, por sus letras y por su estética. Desde 1999 hasta 2022 su trayectoria ha sido meteórica y siempre se han mantenido fieles a una manera de hacer las cosas, sustentando sus discos en la historia militar, en unos poderosos riffs, en unas melodías pegadizas de estribillos que entran a la primera y en esa omnipresente épica que lo impregna todo. Sabaton tiene la fórmula mágica y, aunque los discos no siempre son sobresalientes, lo cierto es que funcionan, suenan bien y, cuando te quieres dar cuenta, ya estás coreando, moviendo los pies o sacudiendo la cabeza. Si encima te gusta la Historia, como es mi caso, entonces ya estás perdido.
"The War to end all Wars" no es el mejor álbum de los suecos, era bastante más completo el anterior -"The Great War" (2018)- y está lejos de grandes obras como "The Art of War" (2008) o "Carolus Rex" (2012), pero sigue siendo un disco de producción impecable, que rezuma Sabaton en cuanto le das al play y que contiene algunos temas a los que te vas a enganchar desde el primer momento. ¿Se les puede achacar cierta monotonía? bueno, no es fácil innovar cuando llevas 10 álbumes de estudio, es prácticamente imposible que a alguno no le suene repetitivo, pero, al fin y al cabo, tienen un sonido y una puesta en escena inconfundible. Además, ¿es la única banda o cantante al que le pasa? por supuesto que no. Si te gusta Sabaton, aquí tienes otra dosis de potencia, épica e historia bélica a cargo del carismático Joakim Brodén, Pär Sundström y compañía.
Como ellos mismos dicen, este disco es una secuela del anterior. Al fin y al cabo, la Gran Guerra es uno de los episodios más trágicos de la historia de la humanidad y quedaban aún muchas pequeñas historias por contar. Algo más de cuatro años de guerra que dejaron muchos millones de muertos y heridos, que asolaron todo el continente europeo, pero que también llevaron el conflicto hasta África, Oriente Medio e incluso al Pacífico... y que, a la larga, sembrarían las simientes de la futura y devastadora II Guerra Mundial. Europa se desmoronó, grandes imperios europeos llegaron al fin de sus días, se hundió la economía, estalló la Revolución Rusa y Estados Unidos inició su ascenso meteórico como gran potencia mundial; el mundo había cambiado definitivamente.
Es probable que Sabaton concluya con este disco su repaso a la Gran Guerra porque ahora sí han decidido empezarlo y terminarlo como comenzó y concluyó la I Guerra Mundial; con el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria en Sarajevo en junio 1914 y con la firma del polémico Tratado de Versalles en junio de 1919. A partir de ahí, el disco recorre distintos pasajes, algunos completamente desconocidos para mí, como la avalancha que sepultó a centenares de soldados en el monte Marmolada, en los Dolomitas, o la historia de la sargento Milunka Savic, que se hizo pasar por su hermano, y otros fragmentos de la historia más famosos como el del oficial británico Adrian Carton de Wiart, el soldado inmortal, o la celebración de la Navidad en 1914 entre enemigos en el frente occidental, reuniendo a alemanes, franceses y británicos para intercambiar comida y regalos. Esto es algo que me entusiasma de Sabaton, pero admito que estudié Historia y que cualquier aproximación a ella, si encima me permite descubrir episodios, personajes, momentos y anécdotas que no sabía que hubieran existido o sucedido, es para mí un regalo.
"The War to end all Wars" es un disco completo, con cortes variados que incluyen canciones más rápidas, medios tiempos e incluso algún momento más lúgubre y denso. Como siempre, si decides hacerte con el formato History Edition, además, podrás disfrutar de algunas introducciones muy interesantes y de efectos especiales que ambientan muy bien el arranque de cada tema. Así, respecto de las canciones, como ya he dicho, es un disco variado con temas más rápidos, otros más pesados y solemnes, que también contiene los característicos coros y los estribillos pegadizos marca de la casa, incluyendo, además, alguna concesión musical con la presencia de teclados. Mis favoritas son "Stormtroopers", "Hellfighters" y, sin duda, la trepidante "The Unkillable Soldier", cuyo vídeo podéis ver a continuación:
Para acabar, me gustaría explicar que Sabaton es una banda que ha lanzado su propio juego de mesa ("A battle through History"), que también tiene diferentes juegos online en su página web, que vende TODO el merchandising que puedas imaginarte, que posee un festival propio en su ciudad natal desde 2008 (Sabaton Open Air, en Falun) y que es capaz, desde 2010, de fletar un crucero de 24 horas por el Báltico, tocando en directo para sus fans... ¿de verdad aún no conoces a Sabaton?
En esta ocasión nos encontrábamos
serpenteando por un espeso bosque de abetos milenarios, tan caprichosamente
dispuestos y apretados entre sí que nos obligaban a avanzar en fila india…
tenía la extraña sensación de que nos hacían caminar justo por donde ellos querían. El
búnker de la Orden del Crepúsculo de Plata, supuestamente, esperaba al final de
aquella maraña interminable de árboles.
Aunque el día había amanecido fresco, a
medida que nos habíamos ido adentrando en aquel bosque, el aire que respirábamos
se había ido tornando cada vez más espeso y húmedo, dejando la inquietante
sensación de que se te pegaba a la piel. A su vez, el silencio era sepulcral, solamente
roto por el constante roce de las agujas de los abetos en nuestras ropas y por la
vegetación en descomposición que íbamos pisando.
Miraba nervioso a todas partes, algo no encajaba y me
olía mal. No se escuchaba ningún animal o insecto y una perturbadora tranquilidad se había
adueñado de todo; el bosque parecía estar muerto, como conteniendo el aliento. Los gestos de mis
compañeros, tensos y empapados de humedad, decían que no era el único que estaba preocupado. Algo nos acechaba desde hacía un buen puñado de minutos, pero éramos incapaces de saber qué.
Y de pronto sucedió. Escuché un grito
ahogado a mi espalda y, cuando me giré, apenas tuve tiempo de verlo. Un
horrendo ser aparecido de la nada, de enormes fauces hambrientas y rostro terroríficamente inexpresivo, había abrazado a Cahill. Nuestro compañero
forcejeaba por soltarse, pero sus esfuerzos eran del todo inútiles porque la
criatura apretó aún más su demoníaco abrazo, clavando sus garras en la mortal carne de
Cahill.
No tuve tiempo de abrir fuego, cuando
apunté, el monstruo se había desvanecido. Tal y como había llegado, silencioso
y mortal, el Vagabundo se había marchado a otra dimensión con su presa…