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jueves, 22 de noviembre de 2018

THE THIN RED LINE - HANS ZIMMER

TÍTULO: The Thin Red Line
AUTOR: Hans Zimmer
AÑO: 1998
ESTILO: Banda Sonora Original
SELLO: RCA

"Año 1942, en plena Segunda Guerra Mundial, en la isla de Guadalcanal, en el Pacífico. Un grupo de hombres de la compañía de fusileros del ejército americano "C de Charlie", combate contra el ejército japonés por la conquista de una estratégica colina. Este grupo forma parte de las tropas enviadas para relevar a las unidades de infantería de la Marina, agotadas por el combate".

En diciembre de 1998 se estrenaba la colosal película "The Thin Red Line", dirigida por Terrence Malick al adaptar la novela homónima de James Jones. En breve se cumplirán 20 años del estreno de ese peliculón, así que he decidido anticiparme un poco y repasar su banda sonora.

En mi opinión es una obra maestra del cine bélico y, sin duda, el mejor largometraje de Malick. Una película próxima a las 3 horas de duración, con un elenco de actores brutal (Nick Nolte, Sean Penn, Jim Caviezel, John Cusack, Adrien Brodi, Elias Koteas y pequeños cameos de George Clooney o Woody Harrelson, entre otros), ambientada en la II Guerra Mundial. Narra la invasión de la isla de Guadalcanal con el objetivo de evitar que el Ejército Imperial japonés establezca allí una base aérea. Más allá del drama bélico, el film de Malick recoge las frustraciones personales, los intereses individuales, las tensiones entre los soldados o los conflictos morales a los que se ven sometidos los integrantes de la compañía, contrastando poderosamente con el paraje bucólico que representa el paisaje tropical y con la paz que transmiten los habitantes nativos de la isla, como ajenos al conflicto.


El encargado de poner música a toda esa epopeya fue Hans Zimmer en el que, para mí, es uno de los trabajos más sólidos y completos del compositor alemán. La popularidad del de Frankfurt no era la misma de la que goza hoy, convertido ya en un reputado y casi omnipresente compositor y productor (además de contar con un buen número de pupilos). Si bien ya había trabajado en películas como "Rain Man", "Thelma & Louise", "Marea Roja", "La Roca" y, cómo no, "El Rey León" -con la que se llevaría el Oscar en 1994-, sin duda, es con "The Thin Red Line" con la que roza la perfección. Curiosamente, esta banda sonora no logró el Oscar, aunque sí estuvo nominada (de hecho, la película no obtuvo ningún premio, a pesar de estar nominada en 7 categorías).

Hans Zimmer nos regala una composición de casi una hora de duración, casi 60 minutos que, a pesar de lo que podamos pensar, apenas contienen carga épica. ¿Es eso posible? Estamos acostumbrados a escuchar la música de "El Último Samurai", de "Piratas del Caribe", de "Black Hawk derribado" o de "Gladiator", partituras en las que el ingrediente épico resulta imprescindible y en las que reconocemos perfectamente las melodías del compositor alemán. Entre los detractores de Zimmer siempre hay quien dice, más allá del uso del sintetizador, que sus bandas sonoras son similares y cuesta distinguir si una pieza corresponde a "Origen" o a "Batman", por ejemplo. Curiosamente, "The Thin Red Line" forma parte de ese selecto club de composiciones de Zimmer que se salen de su línea habitual.

A pesar de ser una cinta bélica que podría invitar a realizar una música más próxima a las películas de acción, Zimmer la deriva en una partitura hermosa, melódica, tranquila y casi bucólica. Puede parecer contradictorio, pero cuando uno se sienta a ver la película de Malick, comprende porqué el compositor alemán se decantó por esa composición. La película, aunque contenga escenas duras y sangrientas propias de un conflicto bélico, no deja de ser una cinta más centrada en las emociones, los pensamientos e incluso en una cierta liberación individual. Eso no quiere decir que obvie, evidentemente, temas como la desolación, la muerte, la angustia y los miedos que afrontan los diferentes personajes, pero ese baile de emociones, ese cóctel tan contrapuesto de luces y sombras, es lo que plasma a la perfección Hans Zimmer en una música capaz de recoger todas y cada una de las sensaciones que puede vivir un soldado durante una guerra.


Terrence Malick no pretende hacer de "The Thin Red Line" una película patriótica y tampoco apuesta por una clara postura antibelicista, más bien es un viaje espiritual y reflexivo que nos lleva a la cabeza, a los pensamientos  y cuestiones que se plantean varios de los protagonistas del film ante las diferentes situaciones que van viviendo. Hans Zimmer hace lo propio con la banda sonora, no hay fanfarria, no hay percusión, no hay ritmo trepidante... porque no hay nada de lo que vanagloriarse o celebrar, nada dentro de la locura que siempre supone una guerra; no hay nada glorioso dentro de una tragedia. Las melodías, por lo general suaves y siempre bellas, acompañan a los soldados y nos sumergen en sus propias batallas interiores, su embrutecimiento, sus dudas, sus fantasmas, sus agonías, sus breves momentos de iluminación... Zimmer complementa a la perfección la poesía visual de la cámara de Malick, que siempre nos ofrece poderosas imágenes del infierno de una guerra, enfrentadas a la mágica fuerza que rebosan los paisajes.

En definitiva, si no habéis visto esta película, deberíais hacerlo. Si no conocéis su banda sonora, deberíais hacerlo. Y si habéis visto "The Thin Red Line" y conocéis la composición de Hans Zimmer, volver a disfrutar del film y prestar mayor atención a la música para ser plenamente conscientes de la armonía existente entre las imágenes y la música. Una obra maestra.

VALORACIÓN: 10/10

martes, 13 de noviembre de 2018

BOGAVANTE JOHNSON - MIKE MIGNOLA & JOHN ARCUDI

TÍTULO: Bogavante Johnson
VOLÚMENES:
   1. El prometeo de hierro
   2. La mano ardiente
   3. Satán se huele el pastel
   4. ¡A por el Bogavante!
  5. El fantasma del pirata y los monstruos de metal del centro de la ciudad
AUTOR: Mike Mignola & John Arcudi
EDITORIAL: Norma Editorial
AÑO: 2014-2018
GÉNERO: Cómic

Que el maravilloso universo de Hellboy ha permitido a Mike Mignola jugar y desarrollar otros hilos argumentales, dando cabida a nuevos personajes o poniendo en primera línea de fuego a actores secundarios, es indudable. Buena muestra de ello es la colección dedicada a la "A.I.D.P.", la agencia de investigación paranormal creada para la serie del conocido demonio rojo y de la que ya se han publicado un buen número de cómics. Además, el guionista californiano, ha explorado otros terrenos -ya reseñados en el blog- con Sir Edward Grey (un cazador de brujas en la Inglaterra victoriana), el expeditivo Baltimore (un soldado en busca de venganza contra los vampiros en plena Gran Guerra) o la extraña armadura de vril presentada en "Sledgehammer 44". Teniendo en cuenta que ya han transcurrido -nada más y nada menos- 25 años desde la concepción de Hellboy, resulta sorprendente la capacidad de Mike Mignola para seguir estirando del hilo. Cierto que el resultado no siempre es el mejor, que mantener las cotas de creatividad y originalidad es complicado y que, cuando uno ya ha leído varias obras del de Berkeley, algunos argumentos, villanos, situaciones o escenarios pueden resultar demasiado familiares, pero a mí me gusta ese universo, esa ambientación y esas tramas rebosantes de misticismo, ciencias ocultas, fantasmas, demonios, nazis, experimentos...


Hoy voy a dedicarle la entrada a otra creación del prolífico guionista: el Bogavante Johnson, un vigilante enmascarado de la Nueva York de los años 30, azote de mafiosos y espías, enemigo de bandas y criminales. En esta ocasión, Mignola cuenta con la compañía de John Arcudi para desarrollar los guiones (ya trabajó con él en "Sledgehammer 44", así como en varias entregas de la serie "A.I.D.P."), explotando a un personaje que había aparecido ocasionalmente en las aventuras de Hellboy y que, al dotarlo de una serie propia, les ha permitido ir más atrás en el tiempo y situarse en la década de los años 30, cuando ya se respiraba un clima prebélico y los nazis estaban empezando a hacer de las suyas.

Aclaremos que el Bogavante no es un hombre dotado con poderes ni un superhéroe al uso. Es un justiciero, un simple mortal bien armado y bien entrenado para el combate cuerpo a cuerpo, con buen ojo para la investigación y que, además, cuenta con un pequeño equipo de ayudantes y fieles seguidores a los que les toca operar en la clandestinidad y de forma ilícita, según el cuerpo policial neoyorkino. El Bogavante es una especie de héroe enmascarado que trabaja en las sombras, sobre el que la prensa quiere conocer bastante más, investigado por la policía y temido/odiado por las bandas de maleantes de la época (digamos que sería una especie de Batman, pero con menos recursos económicos y menos "juguetes"). Y ¿por qué le llaman el Bogavante? sencillamente porque su modus operandi incluye dejar grabada a fuego una marca en forma de pinza del mencionado crustáceo en la frente de sus enemigos. Es su firma, una especie de Z al estilo de Don Diego de la Vega, más conocido como El Zorro.


Hasta ahora, Norma ha publicado 5 números en España. Algunos incluyen recopilaciones de relatos cortos (como sucede en "Satán se huele el pastel"), pero la mayoría ofrecen historias de más enjundia y con cierta continuidad temporal para que tengan cabida tramas más largas -así como subtramas- y para que alguno de los personajes que rodean al Bogavante pueda desarrollarse con relativa profundidad. Los guiones han ido mejorando conforme ha ido avanzando la serie, siendo el primer número ("El prometeo de hierro"), quizá, el más ligero. Da la sensación de que con la primera entrega apostaban claramente por las aventuras de corte clásico y la diversión, como si fuera una toma de contacto del tándem creativo Mignola-Arcudi, una especie de test para comprobar la respuesta del público lector.


Por lo demás, ya conocemos a Mignola y cuáles son todas sus fuentes, referencias y preferencias, por lo que el Bogavante Johnson va a ofrecer pocas sorpresas en ese sentido... pero, para qué engañarnos, los macabros experimentos nazis, el folklore de la Europa del Este, la reinterpretación de ciertas mitologías, el aroma a Lovecraft, las brujas, los científicos locos y esa bruma sobrenatural siguen funcionando a la perfección y más con esa estética tan característica de sus creaciones. Sólo hay que observar el diseño del personaje, el vestuario del Bogavante Johnson, toda su estética, armas, complementos y demás para darnos cuenta de que es "hijo" de Mignola. Añadir que son varios los dibujantes que han participado a la hora de dotar de vida las viñetas del Bogavante, pero de todos los que han dejado su sello, me quedo con el croata Tonci Zonjic porque me parece el más acertado para ilustrar tanto al personaje, como su entorno y situaciones. Tampoco quiero olvidarme de Dave Stewart, colaborador habitual a la hora de dar color y que encaja a la perfección con el estilo tan personal de Mike Mignola.


Así que, después de todo lo explicado, deciros que la lectura de las aventuras del Bogavante Johnson y su grupo de ayudantes se disfruta, divierte, entretiene, funciona y resulta interesante, más aún si te gusta Mignola y todo lo que su imaginación es capaz de concebir, pero tampoco estamos ante una obra imperecedera... por lo menos, de momento. Además, personalmente, me han parecido más interesantes las series dedicadas a Sir Edward Grey o Baltimore que la del enmascarado de la pinza.

VALORACIÓN: 7/10