TÍTULO: Honestidad Brutal
AUTOR: Andrés Calamaro
AÑO: 1999
Estilo: Rock & Roll
SELLO: DRO
"Creo que todos los músicos, cuando grabamos, creemos que estamos haciendo el disco definitivo, pero al mismo tiempo es inevitable saturarse un poco después de tantos meses de una grabación tan intensa. Mis colaboradores y yo sentíamos que estábamos haciendo un disco grande, un Titanic sin hielo. Construimos un disco y un repetorio".
Si hay algún disco de Andrés Calamaro que debas tener en casa sí o sí, ése es "Honestidad Brutal", probablemente la obra maestra del músico argentino. Y cuando digo maestra lo es con todas las letras y en mayúsculas porque es un disco doble (37 canciones) en el que Calamaro despliega todo su talento, inspiración, genio y locura. Un disco que fue grabado, creado, desarrollado entre su Buenos Aires querido, Madrid, Miami y New York, una aventura musical repleta de excesos, brillantez, composiciones sobre la marcha, abandonos, retornos y la destrucción para reconstruir un pedazo de álbum que ya ha pasado a los anales de la historia del rock.
En su viaje catártico no estuvo solo, supo rodearse de excelentes músicos, amigos, gente en la que confiar y que ya habían trabajado con él en el anterior y excelente "Alta Suciedad". Por el disco, de la mano con Calamaro, pasean las teclas de Ciro Fogliatta, la guitarra de "Gruingui" Herrera, la batería de "Niño Bruno" o el bajo de Candy Caramelo.
En ese magno delirio musical, se compusieron más de 100 canciones, grabadas tal cual, lo inmediato, la primera toma y Calamaro seguía en plena efervescencia compositiva, de un modo prácticamente compulsivo. La incontinencia creativa del bonaerense queda reflejada en la multitud de estilos musicales que transitan por el disco sin molestarse unos a otros. Sí, es un disco de rock & roll, pero hay espacio para el blues, el reggae, el tango, el funk, el pop e incluso la ranchera.
En ese magno delirio musical, se compusieron más de 100 canciones, grabadas tal cual, lo inmediato, la primera toma y Calamaro seguía en plena efervescencia compositiva, de un modo prácticamente compulsivo. La incontinencia creativa del bonaerense queda reflejada en la multitud de estilos musicales que transitan por el disco sin molestarse unos a otros. Sí, es un disco de rock & roll, pero hay espacio para el blues, el reggae, el tango, el funk, el pop e incluso la ranchera.
Inmerso en un período complejo sentimental, Calamaro transmite toda la turbulencia del momento e impregna con su melancólico sabor casi todos los temas del álbum y resulta muy evidente en temas como "El día de la mujer mundial" o "Cuando te conocí" o "Te quiero igual", estas dos últimas algo más animadas. Seleccionar canciones de un disco tan completo y variado resulta complejo y cada uno tendrá sus favoritas, aunque para mi hay dos que sobresalen: "Son las nueve" y "Paloma".
Como anécdota, podemos escuchar cantando a Diego Armando Maradona en "Hacer el tonto" y destacar el homenaje de Calamaro al desaparecido Miguel Abuelo, compañero suyo en los años 80 en Los Abuelos de la Nada, en "Con Abuelo". Tampoco faltará a su cita con Bob Dylan en "No tan Buenos Aires", recitando la visión de su ciudad y, por ende, de su país, Argentina.
En definitiva... si lo tienes, vuelve a escucharlo, y si no lo tienes: ¿a qué estás esperando? Rebosante de talento, ingenio, riesgos, sensibilidad, rencor y tenacidad. Un pulso de Calamaro, su tour de force y, para mí, la culminación su carrera: imprescindible.
VALORACIÓN: 9'5/10
VALORACIÓN: 9'5/10
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