"POR EL REY EN EL NORTE!"
El
campo de batalla siempre termina sembrando de cadáveres el paisaje para que la
Muerte recoja su macabra cosecha. Esta vez tampoco va a ser distinto.
Jon
Unmber grita, más bien ruge, alentándonos para seguir avanzando en un terreno
cada vez más blando y resbaladizo por culpa de la lluvia, el sudor y la sangre.
Puedo escuchar su voz por encima de los latidos de mi corazón desbocado, por
encima de los gritos y alaridos de los soldados, por encima de la melodía que
emite el entrechocar del acero y el quebrar de los escudos de madera… Ahora entiendo
porqué le llaman Gran Jon y su reputación manejando el acero.
Aprieto
los dientes y saco fuerzas de flaqueza para olvidar el dolor lacerante en el antebrazo
y el fuego que hace arder mis pulmones. Vuelvo a embestir. Una lanza se
engancha en mi jubón, llevándose consigo ropa, pero sin cortar la piel. Intento
desengancharme y pierdo de vista a mi oponente. Un golpe en la sien. Me
tiemblan las piernas y alrededor todo empieza a moverse lentamente,
amortiguando los sonidos. Mis ojos lo ven todo rojo y me llevo
instintivamente la mano a la sien. Sangro.
- ¡Vamos! - una mano enorme me coge del brazo y tira de mi - Ya casi los tenemos, un
último esfuerzo, hijo. ¡Esos bastardos van a probar de qué estamos hechos en el Norte!
Es
la mano Jon Umber. Como puedo, me incorporo del todo, maldiciendo cada
centímetro de mi magullado cuerpo. Vuelvo a aferrar la espada, sintiendo su
tacto familiar y su peso reconfortante.
- ¿Estás preparado, muchacho? - Jon Umber me mira, sonríe y me guiña el ojo.
-
No ha sido nada, sólo un rasguño - digo recolocando mi escudo.
-
Bien, así me gusta - me da un golpecito en el hombro - Los hombres de Lord Karstark han
abierto brecha por el flanco izquierdo y debemos aprovechar la ocasión para
acabar con esos hijos de mala madre.
- ¡Será un honor cargar a su lado, Gran Jon!
- El honor es mío… dicen que un Lannister siempre paga sus deudas, ¿no? Pues yo
pienso saldarlas todas hoy mismo con esa maldita familia: ¡por el Rey en el Norte!
Mis
piernas se mueven e inicio la carrera, el aire se agolpa en mis pulmones y
grito sacando toda la rabia acumulada. Grito cualquier barbaridad que me viene
a la cabeza, uniéndome al resto de hermanos que, como yo, seguimos al Gran Jon
Umber. Las tropas de los Lannister se giran y nos miran como si estuviéramos locos, en
algunos comienza a dibujarse el miedo, dudan, esperan órdenes. Hemos logrado
sembrar la confusión.
Vuelvo a gritar, como todos los demás, una carga enloquecida para penetrar por la brecha que nos han concedido los Kastark, un
último impulso a mis piernas y salto entre los soldados: - ¡Por el Rey en el Norte!
Bravo, por el Rey en el Norte!!!
ResponderEliminarGrande broken fingers!!
EliminarMarkic Matarreyes
De lo mejorcito que he leído en varios meses.
ResponderEliminarIndurain
Gracias Pablo, Markic e Indurain por pasaros a leer los relatos, pero sobre todo por dejar vuestros comentarios.
ResponderEliminarUn saludo!
¡Enhorabuena! Me están entrando ganas de agarrar una espada.
ResponderEliminarHola borisvian, gracias por dejar tu comentario, ja, ja, muy bueno, por cierto.
ResponderEliminarAnímate y mándanos el tuyo!